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Uno de los momentos más emocionantes de cualquier boda es la entrada de los novios. Lo habitual es que sea el novio el que espera a su prometida en el altar, impaciente por la gran entrada triunfal de la novia. La tradición marca que la madre del novio es la que le acompaña de camino al altar, mientras que en el caso de la novia es su padre quien lo hace normalmente. Pero, ¿hay alguien más que pueda acompañar a los novios al altar?

La respuesta definitivamente es sí. Por desgracia, en algunos casos es posible que uno de los progenitores, por el motivo que sea, no pueda acompañarles en su gran día. También puede ocurrir que queráis otorgarle ese privilegio a otras personas que sean muy importantes para vosotros. Veamos entonces quién puede acompañar a los novios al altar.

Cualquier otro familiar

En efecto, y esto también se extiende al otro progenitor. Si, desafortunadamente, vuestra madre o padre os faltan en la boda, el otro puede cubrir su puesto sin importar lo que dicte el protocolo. Por otro lado, algunas parejas prefieren que sean sus hermanos los que les acompañen al altar e incluso sus propios hijos o sobrinos. Que los más peques sean quienes os acompañen es un forma muy bonita de hacerles partícipes en tu boda, ¿no os parece? También podéis hacerlos damitos de honor y que os acompañe un adulto, ¿por qué elegir pudiéndolo tener todo?

Los mejores amigos

Quien vaya a desempeñar la tarea de acompañar a los novios al altar no tiene por qué ser necesariamente un familiar. Algunos novios eligen que sea su mejor amigo/a el que les acompañe. ¡Eso sí que es amistad! Otra idea que nos gusta mucho es que sea la última pareja del grupo que se haya casado quién les acompañe, cediéndole el testigo a los nuevos recién casados. Si vuestro grupo de amigos está muy unido, podría ser un ritual que continuaseis en las siguientes bodas. Así, todos tendríais ese nexo en común para siempre.

Más de un acompañante

Muchos hijos únicos, por ejemplo, no quieren quitarle el privilegio a uno de sus padres de poder acompañar a un/a hijo/a al altar. Además, en muchas parejas se da el caso de no querer elegir entre sus progenitores y, por eso, se lo piden a ambos. Eso sí, no os recomendamos que sean más de dos personas las que os acompañen al altar para que el foco siempre esté puesto en vosotros.

Mascotas

Sin duda, esta es una idea más propia de las bodas informales pero es muy original. Si vuestra mascota es un miembro muy importante de vuestra familia, es lógico que queráis que forme parte de un momento tan especial en vuestras vidas. Vuestra mascota no tiene por qué ser la que os acompañe hasta el altar si no queréis pero puede estar esperándoos allí. Nuestro consejo es que siempre designéis a alguien de confianza para que la supervise, con el fin de evitar todo tipo de imprevistos.

Solos

Y es que no hay forma de tener más protagonismo en vuestra boda que haciendo vuestra gran entrada sin acompañantes. Aunque tradicionalmente los novios siempre hayan entrado acompañados, al final vosotros sois los que marcáis las reglas de vuestra propia boda. Si Meghan Markle lo hizo en una boda de la realeza, ¿por qué vosotros no?

Entrar juntos

Ya hemos comentado que lo tradicional es que sea el novio quien espere a la novia en el altar. Sin embargo, hay novias que no quieren acaparar más protagonismo que el novio. Por eso, una nueva tendencia es que los novios entren juntos a la ceremonia. De esta forma simbolizan que su amor ya tiene unión previa que está muy consolidada. Qué original, ¿verdad?

Esta es solo una pequeña recopilación de quién puede acompañar a los novios al altar pero, por supuesto, la última palabra siempre la tenéis vosotros. En vuestro caso, ¿ya tenéis claro quiénes serán los afortunados? Seguro que a las personas que elijáis les hace muchísima ilusión que les otorguéis ese honor de ser una pieza tan fundamental en vuestro enlace.

Lo más importante es que os sintáis a gusto al lado de quien os acompañe en este emocionante momento de vuestra boda. Si una cosa tenemos clara en Lledó encant es que sí o sí, a vuestra boda entraréis con la mejor de vuestras sonrisas.

Fotografía:  Antonio García Fotografía